Animales exóticos
La mayoría de los cachorros nos suelen parecer súper tiernos y nos dan ganas de adoptarlos y llevarlos a casa, la mayoría de las veces estos animales son exóticos y el gusto de poseer estos animales no solo al ser cachorros ha hecho mucho daño tanto a los animales como al medio ambiente, si es cierto hay animales como los gatos o perros que, si son domésticos, los adoptamos como animales de compañía y mascotas que nos ayudan e incluso los consideramos nuestros mejores amigos y parte de nuestra familia y a ellos les gusta estar con nosotros y ayudarnos, en cambio hay otras especies que no pueden y mucho menos deben estar en función de mascotas, porque querríamos sacar a un animal de su habitual natural, si haciendo eso solo les quitaríamos parte de su esencia.
Para empezar, les causamos
sufrimiento, ahora con la pandemia solemos usar frases como: me siento como un
ave en una jaula, al estar en casa por el confinamiento, pero aun así compramos
animales exóticos como águilas e incluso no es necesario que sean exóticos
también están los que no son exóticos como las aves domésticas, ok está bien
son domesticas pero que hay de las jaulas la mayoría son pequeñas, las aves
vuelan y las jaulas no están diseñadas para eso y lo peor de todo es que las
personas a veces suelen ser irresponsables, o aunque quieran no pueden estar al
pendiente de sus animales.
Al tener una especie exótica estamos
ayudando al tráfico ilegal de especie, existen leyes que protegen a los
animales salvajes, prohibiendo cazarlos o venderlos, tres de cada cuatro
animales que son transportados para el comercio ilegal no llegan a su destino,
lo peor de todo es que mientras son transportados son maltraídos cruelmente,
los traficantes suelen pegar los picos de las aves, arrancarles dientes y
garras a los felinos e incluso llegan a matar a los padres para poder
arrebatarles las crías. No solo eso al comprar animales exóticos también
contribuimos a la extinción de las especies, como dije suelen morir o matarlos
e incluso llegan a atrapar a las crías lo que posteriormente dificulta la
reproducción, que sería de México sin el águila, de Estados Unidos sin el
águila calva, de Guatemala sin su Quetzal, de Madagascar sin el lémur de cola
anillada.
Con esto aumentamos la destrucción de
hábitats naturales porque con tal de atrapar con un animal exótico o cualquier
animal que les de dinero los cazadores pueden arrasar con selvas, desiertos,
mares, además recordemos que en un ecosistema todo está conectado, una sola
cosa por pequeña que sea puede afectar a las demás notoriamente, una de las
consecuencias de esto son las especies invasoras que al buscar un nuevo
habitad, dañan a las especies originales de ese lugar o esas mismas nuevas
especies del habitad pueden dañar el ecosistema del lugar e incluso nos estamos
haciendo daño a nosotros mismos, pueden invadir nuestros lugares de
convivencia, transmitirlos enfermedades y los más obvio, la mayoría de veces
estos animales suelen comprarse cachorros, pero que hay de cuando crecen, nos podrían
comer, suena descabellado y si tal vez no nos coman realmente y nos reconozcan
ya que convivimos con ellos, pero podrían estresarse, desconocernos o
simplemente como una defensa podrían atacarnos, está en su naturaleza, incluso
nosotros los humanos que supuestamente razonamos hay veces que aunque sea algo
normal actuamos a la defensiva.
A veces se suelen comprar con la idea
de que así vamos a ayudarlos, pero en realidad no es así, si realmente queremos
ayudarlos deberíamos empezar por cuidar el medio ambiente, apoyar a
organizaciones especializadas en el tema, no comprando ni aceptando animales
exóticos, mucho menos si es por presunción o un gusto banal, aunque parezca un
vinito recuerdo de nuestras vacaciones no tomarnos fotos con los animales, mucho
menos si es de un lugar poco confiables, no sabemos en qué condiciones los
tienes ni como los consiguieron, denunciando cualquier acto ilegal o extraño
que notemos, hay muchos lugares en los que podemos hacer, por ejemplo en México
esta http://www.gob.mx/profepa.
Recordemos que todas nuestras acciones cuentan por más pequeñas que sean, tal vez no cambiemos al mundo, pero si podemos mejorar la parte que nos corresponde, no dejemos que el dicho “el peor enemigo del humano sea otro humano” sea cierto.
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